¿Sabías que la empatía funciona también cada vez que prendes las cámaras de tus dispositivos?

Marco IacoboniNeurocientìfico científico contemporáneo, dijo “Básicamente el cerebro funciona del siguiente modo yo te veo sonreír y mis neuronas espejo lo simulan. Crean una especie de imitación interna en mi cerebro de la sonrisa en tu rostro y luego envían estas señales al sistema límbico y siento lo que tú sientes.” Esta afirmación tiene una base constatable ya que la Universidad de Harvard demostró que, si una persona está contenta, existe un 25% más de probabilidades de que las personas que están a su alrededor se contagien de su estado de ánimo. La sonrisa relaja nuestros músculos y alivia el dolor. El causante las endorfinas que liberamos que actúan como analgésicos naturales de nuestro cuerpo. Al aumentar las endorfinas se reduce el cortisol, que es conocida popularmente como la hormona del estrés. Regula el pulso cardíaco y mejora nuestra oxigenación . Fortalece el sistema inmunológico:  Pero lo más importante que tiene una sonrisa genuina es que nos hace sentir a salvo.  Y como el aprendizaje es una experiencia emocional y multisensorial, cuanto mejor sea nuestro estado emocional, más sonreiremos y esto contagiará a quienes tenemos enfrente.  Aprendemos más, cuanto mejor nos sentimos. Nuestros interlocutores, estarán más dispuestos a conectarse con nosotros si una sonrisa genuina, por la alegría del encuentro, se vuelve la anfitriona de la experiencia, ya sea vivencial o virtual. Nuestras neuronas espejo no pueden resistirse a copiar los bostezos, la sensación de frio y una buena carcajada. La sonrisa genera copias casi instantáneas Podes elegir a cada instante generar bienestar en cada una de tus comunicaciones. Oséa modificar positivamente el estado de ánimo de quienes tenés alrededor. Podemos afirmar entonces, que tu sonrisa tiene el inmenso superpoder de cambiar el mundo.  El mundo que te rodea.  Por eso, cuando tu cámara se prenda, ¡¡sonríe!! Y todos te copiarán.

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